Etiopía es una tierra de misterios sin fin en su Geología, en su diversidad de vida animal y vegetal, en su tumultuosa historia y en la rica cultura de sus gentes.
Los estudiosos de la Iglesia reconocen que la historia de Etiopía se extiende por 7492 años, siguiendo su propio calendario y cronología, desde el tiempo del Génesis hasta nuestros días.
El nombre Etiopía, que significa “tierra de las caras quemadas” en griego, era ya conocido 3000 años antes de Cristo.
Fuentes de hace 6000 años, nos hablan de misiones diplomáticas y comerciales de los antiguos egipcios a Punt. Este era un reino en el Cuerno de África, que duró alrededor de mil años, controlando ambos lados del Mar Rojo desde centros situados en lo que actualmente es Etiopía.
Los yacimientos arqueológicos son abundantes en Etiopía, cubriendo lugares desde el Valle del río Omo al sudoeste hasta el Gran Valle del Rift al este. Estos consisten en restos de homínidos que datan de hasta cuatro millones de años, algunos de los objetos mas antiguos hechos por el hombre y restos de asentamientos humanos de no menos de un millón y medio de años de antigüedad. Todo esto ha ganado para Etiopía el epíteto de “crisol de la humanidad”.
Su gente y cultura:
Existen en Etiopía mas de 80 grupos lingüísticos, que representan tres de las cuatro familias de lenguajes Afro-Asiáticos. Los símbolos místicos de Etiopía, mitos y prácticas rituales están ligados con los misterios y creencias tradicionales de Asia, Mesopotamia, y el Mediterráneo.
Las costumbres, las decoraciones en el cuerpo y las celebraciones de las gentes tradicionales de Etiopía se cuentan entre las más exóticas de África.
Etiopía se enorgullece de poseer su propio compendio de sabiduría, especialmente en materias como astronomía, cosmología, teología mística y en el arte de sanar. Todas ellas cuentan, por supuesto, con sus símbolos, artes, artesanía y decoración distintivos.
Etiopía es la única civilización en el continente con su alfabeto propio, cronología, calendario y arte religioso.Utiliza el calendario de la iglesia ortodoxa copta, con siete años de retraso respecto a nuestro calendario occidental.
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